DIARIO DE VIAJE


       

Perfeccionarme en el manejo del idioma chino, el cual me dedico a enseñar, era el objetivo primigenio de la “escapada” de dos meses a oriente. Me traje más.
Los viajes son la promesa más certera de aventura y descubrimiento, algo que no abunda en estos días en que uno se excita al visitar un hipermercado, comprar una mesita de jardín y pensar en que parte del mismo la ha de ubicar.
Si bien un diario es por definición una progresión de sucesos en orden cronológico, me permití violar esa regla para resaltar desordenadamente anécdotas, curiosidades y destacados. Sin embargo voy a comenzar por describir brevemente el itinerario de viaje para poner mis relatos en contexto.

CRONOGRAMA
Para abaratar el viaje compre una promoción ida y vuelta a Londres, y otra de la misma naturaleza desde tal ciudad a Beijing con una compañía diferente, lo cual me permitió ahorrar dinero. La primera hizo escala en San Pablo, la segunda en Amsterdam. Por supuesto que si una contingencia retrasaba un vuelo, no existía posibilidad de reclamar el reembolso a la otra empresa. Esto me obligó a quedarme en Inglaterra dos días antes y después de visitar China. Esta estadía no fue barata, pero convenía de todas formas. Pobre de mi.
Una vez en el aeropuerto de Beijing compre una tarjeta telefónica, reserve un Hostel en Shanghai, adquirí un boleto de avión con tal destino, y a las tres horas estaba en el aire. Luego de unos días de paseo por dicha ciudad y sus pintorescos alrededores volví a Beijing tras una larga noche en la cucheta de un tren, con unos cincuenta compañeros de dormitorio-bagón.
Los primeros días en Beijing los pase en calidad de turista, alojado una vez mas en un hutong adaptado como hostel. Visité la ciudad prohibida, la ciudad olímpica con el nido de pájaros y el cubo de agua, los lagos imperiales céntricos y me compré una bicicleta usada que se rompió y casi me deposita bajo un bondi pekines. Luego la cambie por una nueva. Aya casi todo es muy barato.
La universidad nacional de lenguas y cultura de Beijing fue el próximo paso, y a esta altura se acaba el turismo convencional y comienzo a quemarme las pestañas.
Un mes y medio alojado en el campus, de la facu a los dormis, de los dormis a la facu. Seis horas de cursado algunos días, siete y media otros. Y guai de no prepararte. En el Medio de esto visite algunos lugares durante los fines de semana, como la muralla china, el palacio de verano, el templo del cielo, el mercado de la seda, wanfuqin, la montaña HuaShan, y hasta dos noches más en tren para ir a ver el ejercito de terracota.
El viaje termina con el examen final y el internacional.



H1N1
Corrían días de paranoia y el virus de la gripe H1N1, en conjunto con desperfectos sucesivos en aviones de vuelos internacionales producían bajas en los precios de vuelos internacionales. Me despedí de mi pareja y familiares en Ezeiza entre mil barbijos. Mi prima estaba resfriada y no la pude ver, no me podía dar el lujo de quedar varado en un aeropuerto por una febrícula y un escáner de temperatura. Cuando volví, dos meses y tres millones de pomos de alcohol gel después, esto era historia.
Durante mi estadía en la universidad me entere que en los dormis había un caso de gripe porcina en mi edificio, en el tercer piso, luego fueron cuatro, después en el primero y el séptimo y finalmente en mi piso. Sucesivamente íbamos cayendo uno a uno. Se llego a poner en cuarentena a dos cursos completos con profesores incluidos en habitaciones de hotel. Llegaban vestidos de astronautas en una van a llevarse a los infectos. Comentan que el trato era bueno. Pero era tarde. En un periodo de dos semanas pasamos todos por la experiencia con altas dosis de antipiréticos.

ZuZhou
Por esta ciudad estratégicamente situada en las cercanías de ShangHai pasaba un canal artificial de mas de 1.000 Km conectando el río amarillo y el yangze. Este canal fue una de los catalizadores económicos a los cuales debemos la magnitud demográfica china. Regada por estas aguas esta atravesada por dos redes solapadas de calles y canales, (una suerte de Venecia orieneal que data del año 500 A.C), salpicada por hectareas de parques con montañas y lagos atrtificiales propiedad de antiguos mandarines o funcionarios estatales, decorada con pagodas, pabellones y puentes.
Ahí me perdí.
Perderse es una de las mejores cosas que le pueden pasar a uno en un viaje. Me compre unas jugosas empanadas chinas en un restaurante cuya cocina estaba en la vereda y así llegue a la estación. Comiendo con palitos de una bolsa de nylon, acechado por bici-taxistas, preguntando.
Pase de largo y saque una sola foto por uno de los mas importantes parques de bonsái en el mundo. Por supuesto que a esa altura no me interesaban y no sospechaba que un año después lamentaría mucho esta desatención. 
Esta ciudad es conocida por la dulzura de su acento, la calidad de sus sedas, sus poetas, pintores, escultores. La sensación de haber encontrado a la China milenaria a doscientos kilometros de Shanghai complace al turista y lo transporta en el tiempo, haciendo más completa la experiencia. Quién pase por Shanghai no puede dejar de visitar ZuZhou un día completo, ni de dedicar otro a HanZhou, otro destino cercano de similares mieles que nadie se arrepiente de tomar en cuenta. Los Chinos dicen "arriba el cielo, abajo ZuZhou-HanZhou". 

SHANGHAI
Poco queda de tradicional en este lugar. Altos rascacielos pintados con pantallas gigantes muestran dinosaurios caminando, publicidades de multinacionales y a messi metiendo un gol con la camiseta de una marca de hojas de afeitar.
Una isla al este ofrece una moderna torre estilo Eiffel decorada por bolas de cristal gigantes, rascacielos tapizados con columnas dóricas y al margen del río, con arquitectura Londinense ,“El Bund”. hanghai nos aleja del camino del descubrimiento para mostrarnos lo que viene. Concreto, acero y mucho, pero mucho ruido.
Cada construcción es gigante y desafía nuestra capacidad de conmensurar, y casi cada una, alberga un shopping en su interior, o mas bien cinco de los que conocemos por estas latitudes.
La calle principal se llama Naranjing y en ella abundan las luces de neón, vendedores de artículos de electrónica y “masajistas” femeninas. Estos dos últimos caminan a la par de los extranjeros y hacen ofertas al oído. No hay que mirar a nadie a los ojos para no generar incomodas insistencias. No me gustó Shanghai.
Cruzaba la calle en este lugar y una parejita de Chinos me hablo en inglés, respondí en Chino y sonrieron. Ellos eran muy amigables y parecían tener ganas de hacerse de un amigo. Conversamos dos cuadras y me preguntaron si tenía ganas de tomar algo, cuando asentí me llevaron a un lugar del cuál desconfié mucho, no me gustó y me retiré causando la decepción de mis "amigos". Más tarde, preguntando, supe que a ese lugar llevan a los turistas a consumir, tras lo cual este se entera de que los precios están por las nubes, y que la tarjeta de crédito de los locales "no pasa".
Cabe señalar que las prácticas de estos pícaros son solo posibles por que muchos turistas caen. Por que? Por que los Chinos son extremadamente cálidos en su tierra, y después de unos días de alta amabilidad uno baja las defensas y se descuida. Como siempre pocos sinvergüenzas equilibran la balanza tras el mérito de muchos, muchísimos.

LOS CHINOS SON MAS LATINOS QUE NOSOTROS?
Una de las características que nos definen como latinos, y de la cual sentimos orgullo es la cercanía entre nosotros, la rápida aceptación de extraños y la velocidad con que la informalidad invade nuestras relaciones. Tambien esta el espacio personal. A diferencia de los sajones que se sienten invadidos con un beso, nosotros soportamos y disfrutamos mas la cercanía de un prójimo no íntimo.
En China es el latino el que siente una invasión del espacio personal.
En el vuelo de cabotaje una mujer en sus 50's me observo leyendo una revista en chino, me preguntó si entendía y comenzamos a conversar. Una hora después me había regalado un pase de sube libre para dos meses en Beijing y me había invitado a comer con su familia. No señores, a no desconfiar que llevaba tres horas en el país y esto se hizo una constante. Al día siguiente en la cola para ascender a la torre perla un muchacho comienza a preguntarme sobre mi y me invita a cenar. Acepte. Nada raro en este caso, simple y cálida amabilidad. Al día siguiente en el hostel volvió a suceder con un turista chino. Esto continuo sin interrupciones durante toda mi estadía.
A que distancia pueden hablarle a uno mirándolo a los ojos sin que se sienta raro? Es apropiado ponerle la mano en el hombro u otra clase de contacto físico a un recién conocido? Le puede tomar la mano o el brazo un vendedor a su cliente para acompañarlo hasta el producto? En China si. A estar atentos sin desconfiar ni mostrar incomodidad. Si vas a Hacer amigos, es fácil.

GASTRONOMÍA
Se extraña la familia, los amigos, la lengua materna. Pero la comida no es una ficha puesta.
Si uno es estructurado y al bife no lo compara con nada, o es sensible a lo picante, puede haber problemas de adaptación. Si uno disfruta de la variedad y la repetición lo aburre, oriente es una fiesta de colores.
Uno tiende a referirse a China como a una nación homogénea, pero esto dista de ser así, solo esta unida. La cocina en sus diferentes regiones se diferencia tanto o mas que la española de la inglesa.
De entre mis fanatismos rescato las empanadas o baozi, (包子), de zanahoria, repollo, cerdo y jengibre, que mancharon varias de mis camisas. Los ravioles chinos o jiaozi, (饺子). Y el pato laqueado pekinés,(烤鸭), que consiste en un “panqueque”de pato asado pincelado con almíbar, salsa de soja agridulce, zanahoria, y rabanitos largos cortados en julianas.
La pasta, (invención China), de la provincia de sichuan, (四川), es mundialmente famosa y picante.
Me invitaron a comer todo esto.
Es muy frecuente que la gente coma “afuera”, tomando en cuenta que es barato y algunas familias no cuentan con instalaciones propias para cocinar. La persona que invita ordena, por convención, el doble de lo que los comensales presentes pueden consumir. Algo así como una abuela piamontesa. “Que no falte”.
Cuando no esta claro quien paga, al final llegan las peleas. Es muy común ver dos chinos discutir en tono elevado y hasta llegar a más por la cuenta. Lo curioso es que ambos quieren pagar.
La bebida? Agua caliente, no natural, caliente, (60°C). Su vino no es bueno, la cerveza si. Entre los licores propios existe el vino de arroz, pariente cercano del sake japones, y el licor blanco. Este ultimo es muy fuerte. Rara vez se consumen en restaurantes.





 
Típica pagoda


Sala de escritura de un antiguo funcionario retirado.







Sala de té. Todo fabricado en una cinta transportadora de Ford no?




Algo saben de bonsais estos muchachos.


Más

Taxis




Uno de los mil canalcitos de la ciudad.

La calle más tranquila de una ciudad tranquila en China.
Esta ciudad es También famosa por la calidad de sus sedas, y la dulzura del acento.

Articulo publicado en el diario ¨La Voz¨de San Francisco - Córdoba.
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Chino en San Francisco